A menudo, consideramos la actitud
innovadora y la creativa como una virtud que todo docente debe poseer
intrínsecamente para conseguir unos resultados espectaculares en el aprendizaje
de sus alumnos. Basta con haber pasado por un centro educativo, ya sea como
alumno o como profesor para darse cuenta de que no es así. Ni todos los
docentes son innovadores, ni todos son creativos. No al menos como lo
esperamos. Los docentes, como todos son intrínsecamente innovadores y
creativos, pero desarrollamos o enfocamos nuestras capacidades de forma
distinta y hacia distintos intereses.
A menudo, consideramos la actitud
innovadora y la creativa como una virtud que todo docente debe poseer
intrínsecamente para conseguir unos resultados espectaculares en el aprendizaje
de sus alumnos. Basta con haber pasado por un centro educativo, ya sea como
alumno o como profesor para darse cuenta de que no es así. Ni todos los
docentes son innovadores, ni todos son creativos. No al menos como lo
esperamos. Los docentes, como todos son intrínsecamente innovadores y
creativos, pero desarrollamos o enfocamos nuestras capacidades de forma
distinta y hacia distintos intereses.
La irrupción de las TIC en el
ámbito educativo vino de la mano de una tipología específica de profesionales,
capaces de innovar, de transformar el estilo docente, y de crear nuevas
herramientas y materiales. Por imitación, aquellos que se acercaban a los
"nuevos métodos" lo hacían emulando a los precursores, sufriendo en
algunos casos la frustración de no poder crear algo novedoso o haciéndolo con
dudosos resultados finales, lo que muchas veces se traducía en el abandono de
líneas interesantes de trabajo.
Hoy más asentadas las cosas,
somos conscientes de que no todos tenemos por qué crear constantemente de la
nada, inventar o innovar, sino que a partir de lo ya creado, desarrollamos,
evolucionamos y sobre todo ponemos en práctica, lo que nos permite enfocar
nuestro potencial creativo en otros aspectos de la práctica docente.
EL DOCENTE INNOVADOR
¿Cómo es un docente innovador?
El innovador: busca nuevos
métodos para trabajar, que no se limitan a su trabajo sino que invaden su vida
personal. Suele acumular gran cantidad de aparatos porque adquiere las últimas
novedades que ya son antiguallas cuando se popularizan, pero es incapaz de
deshacerse de ellas. Para él es necesario buscar nuevas soluciones, no tiene
reparo en utilizar lo último de lo último, a veces corre el riesgo de que no
funcionen, pero nunca tiene la sensación de haber perdido el tiempo porque lo
considera una inversión. Intenta convencer a sus colegas de lo útiles que son
las nuevas herramientas, el trabajo que le ahorrarán y los beneficios que le
acarreará, claro que normalmente no valora las capacidades que él mismo atesora
y que su colega tendría que adquirir para que esa evolución no le supusiese un
trabajo extra.
El profesor innovador está
presente en todos los recovecos de la red, es un "humano 2.0", su
perfil está diseminado por todos registros de todos los servicios habidos y por
haber, es experto en registrarse, su correo se llena a diario de noticias sobre
actualizaciones o novedades, es consciente de lo "efímero" de algunos
servicios 2.0, se entera al instante de todo gracias a las RSS, a las redes
sociales y por supuesto su teléfono es un smartphone.
Hablando con un profesor
innovador siempre tienes la sensación de llegar tarde a todo lo que para ti es
una novedad.
EL DOCENTE CREATIVO
La creación, la capacidad para
modificar o transformar el mundo, de generar nuevas ideas o conceptos o nuevas
asociaciones entre los ya conocidos tiene otra connotación. El profesor
creativo TIC usa las tecnologías como un medio útil para conseguir un fin pero
de forma simultánea con métodos efectivos hasta ahora, adaptando unos y otros
para crear una nueva forma de docencia.
El docente creativo, modifica su
entorno, lo adapta en su beneficio y en el de sus fines. Fruto de ese ejercicio
en su mente nacen nuevas técnicas y materiales cuya versatilidad le permite
apoyarse en diferentes plataformas, aplicaciones o prácticas, sin depender
explícitamente de una u otra tecnología.
El profesor creativo se adapta, y
lo hace porque tiene capacidad para enfrentarse a los imprevistos, no se le
ponen los pelos de punta cuando se va la luz y acepta e integra al momento un
texto que un alumno ha obtenido de internet en el que cuestiona aquello que el
día anterior enseñó en clase. En palabras de David Sánchez-Barbudo Miranda, un
entusiasta de la creatividad en la enseñanza, el docente creativo, conoce al
alumno, le saca una sonrisa, no es individualista, nunca lleva la clase
cerrada, promueve la participación, es colaborador y es generoso con sus
materiales porque no los considera suyos, sino una evolución de lo que otros
crearon para él.
EL DOCENTE INNOVADOR Y CREATIVO
La creatividad, es el alma de las
estrategias innovadoras orientadas al aprendizaje, por cuanto es el alumno el
que ha de ir mostrando la adquisición de las competencias convenidas en cada
una de las carreras. El sentido de globalización del aprendizaje es una
consecuencia inmediata de esta transformación.
Un profesional es una persona
competente en su ámbito capaz de analizar y resolver los problemas y proponer
mejoras (innovar). El profesor(a) universitario es un profesional de la
enseñanza superior innovadora y creativa, con dominio del contenido formativo y
de estrategias didácticas, capaz de hacer que los alumnos se entusiasmen por
aprender. Esta sería la clave para plantear la acción docente en la
universidad.
En las estrategias creativas el
estudiante adquiere un protagonismo mayor que en las metodologías tradicionales.
El estudiante va construyendo los conocimientos y desarrollando habilidades
mediante la búsqueda personal orientada por el profesor/a. En tal sentido
resulta un aprendizaje más implicativo y por lo tanto más atrayente y
motivador. Pero hay más. En estos casos el alumno/a no se limita a registrar la
información recibida, sino que se contrasta posteriormente en grupo. Existe
pues una tercera nota que es el carácter colaborativo o compartido del
conocimiento. Se aprende confrontando informaciones. La enseñanza creativa se
caracteriza precisamente por ser activa, motivadora, dinámica. "El
aprendizaje creativo hace referencia al conocimiento construido con la
implicación activa del sujeto, desde su planificación hasta su internalización,
caracterizado por la motivación intrínseca, estar centrado en el discente,
carácter abierto del proceso y la autoevaluación" (S. de la Torre, 1993,
p. 272).
De entrada, hemos de admitir que
no existen panaceas ni recetas generalizadas para resolver los problemas de
desmotivación. La clave, en todo caso, está en el profesor/a que tiene la
habilidad o el manejo de estrategias para afrontar tales situaciones. Los
profesores salen de centros de formación y Facultades de Educación dominando
los contenidos que han de impartir. A través de la práctica van adquiriendo las
habilidades necesarias para subsistir e incluso para actuar como buenos
docentes; sin embargo, lo que no aprenden durante la carrera ni consiguen
adquirir a través de la práctica son las competencias que les conviertan en
"profesionales de la enseñanza innovadores y creativos". Porque ésta
es para nosotros la mejor definición que pueda darse de un profesor de hoy.
Bajo esta consideración, el
profesor es algo más que un transmisor y evaluador de conocimientos. Hoy, resulta
arcaica la imagen del profesor que lee la lección del libro de texto mientras
los alumnos escuchan o escriben, del que se limita a dictar mientras los
alumnos copian, del que siempre usa como única estrategia la exposición. El
profesor ha de organizar las tareas docentes con más variedad de estrategias y
recursos didácticos, adaptadas los objetivos y necesidades del grupo clase.
¿Qué comporta ser profesional de la enseñanza?
Un profesional tiene competencias
no sólo para resolver problemáticas o situaciones concretas, sino que conoce el
por qué y para qué de aquello en lo que se ocupa. No es un mero técnico sino
una persona reflexiva, capaz de analizar y mejorar su práctica. Posee una
visión capaz de ir más allá del problema o situación, conecta la teoría, la
técnica y la práctica. Es por ello que el docente, maestro o profesor, en tanto
que profesional de la enseñanza ha de poseer unas competencias respecto al
contenido, a la didáctica o forma de implicar al alumno en su dominio y ser
capaz de actualizarse y desarrollarse profesionalmente. Podría hablarse mucho
sobre las connotaciones del docente como profesional, pero nos referiremos
únicamente a tres aspectos.
a) En primer lugar, estar en
posesión del conocimiento con un nivel satisfactorio. Es lo que pediríamos a
cualquier profesional al que compramos su servicio. Que conozca aquello que nos
vende, que posea el dominio o conocimiento suficiente sobre la materia. Un
docente ha de estar no sólo informado, sino formado en el contenido que imparte
y conocer la epistemología de dicho contenido, pues es muy distinta la
enseñanza de lenguas, sociales, matemáticas o psicología. Cada disciplina posee
su estructura, lenguaje, método, terminología, y sobre todo una forma de
construirse e investigarse.
b) En segundo lugar, actuar de
forma didáctica, esto es tomar decisiones curriculares adaptadas a las
características diferenciales de los sujetos. Esta afirmación tan simple tal
vez sea una de las más complicadas de realizar en la práctica. Porque no se
trata sólo de conocer el contenido, sino de seleccionarlo, secuenciarlo y
proponer las actividades pertinentes con la madurez de los sujetos. Ello
comporta tener conocimientos pedagógicos, didácticos y psicológicos. Es la
formación psicopedagógica y didáctica que convierten en docente a un licenciado
o persona que posee conocimientos sobre una determinada materia. Siendo más
concretos, estar capacitado para resolver la problemática inherente a su
profesión. Ello comportará saber tomar decisiones apropiadas tanto por lo que
se refiere a la planificación como al desarrollo curricular y la evaluación.
Normalmente conocemos a un buen profesional, ya sea mecánico, médico o
administrador, porque acierta fácilmente con el diagnóstico y con el
tratamiento adecuado. Un docente innovador y creativo es capaz de estimular e
implicar al alumnado en aquellos aprendizajes relevantes de la materia.
c) En tercer lugar poseer la
formación y disposición para mejorar profesionalmente mediante la
autoformación, la reflexión crítica sobre su práctica y la realización de
proyectos de innovación. Este rasgo es el que se relaciona más directamente con
la idea del profesor como profesional innovador y creativo por cuanto ha de ir
más allá de lo aprendido para incorporar nuevas ideas en su forma de enseñar y
actuar. Es capaz de reflexionar sobre su práctica para mejorarla. El desarrollo
profesional del docente comienza a trasladarse al ámbito universitario.
¿Cómo actúa un profesor innovador y creativo?
Dado que la creatividad y la
innovación no sólo es una capacidad sino también una habilidad y actitud ante
las personas y los hechos, el profesor creativo posee unas características en
las tres dimensiones presentes en educación: ser, saber y hacer. Dicho con
otras palabras, actitudes flexibles, dominio de los contenidos y competencia
didáctica. He aquí unas pinceladas de su actuación docente.
a) El profesor innovador y
creativo posee una disposición flexible hacia las personas, las decisiones y
los acontecimientos; no sólo tolera los cambios sino que está abierto a ellos
más que otras personas; está receptivo a ideas y sugerencias de los otros, ya
sean superiores, compañeros o inferiores; valora el hecho diferencial; se
adapta fácilmente a lo nuevo sin ofrecer excesivas resistencias; se implica en
proyectos de innovación.
b) Por lo que respecta a su
capacidad o conocimiento, la percepción rica en matices de cuanto le rodea. No
se queda con la idea general sino que relaciona fácilmente un hecho con otro y
unas ideas con otras. En esta misma línea cabe destacar su facilidad para
integrar y evocar experiencias. Conoce y aplica diversas técnicas orientadas a
la ideación y la creatividad de sus alumnos, no contentándose con que estos
repitan lo que han oído o estudiado.
c) Entre las habilidades podemos
referirnos a actuaciones como: inducir a los sujetos para que se sensibilicen a
los problemas; promover el aprendizaje por descubrimiento; crear un clima de
seguridad y fácil comunicación entre las personas; incitar al sobre aprendizaje
y autodisciplina; diferir el juicio crítico cuando se están exponiendo ideas;
estimular los procesos divergentes; formular e incitar a las preguntas
divergentes; aplicar técnicas creativas. Estas actitudes son claves para
generar climas de autoaprendizaje y de implicación espontánea y colaborativa.
Su actuación en tanto que
profesional innovador y creativo de la enseñanza, la resumiríamos en su
habilidad para entusiasmar e inducir a los estudiantes hacia el
autoaprendizaje, hacerles tan atractivo y sorprendente el contenido que sean
capaces de emplear en aprender más tiempo del habitual sin que ello les
incomode. Al contrario, disfrutan aprendiendo porque hacen aportaciones
personales, porque crean o recrean los aprendizajes, porque existe un
reconocimiento externo y una satisfacción interna. Bajo estas consideraciones,
la creatividad docente radica en dejar huella, dejar impronta, de modo que
pasado el tiempo aún se recuerda a aquellos maestros o profesores que nos
trasmitieron algo más que información. Nos dejaron ese mensaje humano, clima,
espíritu, impacto, que con el tiempo quedó en nosotros como huella modélica
permanente
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