Metodologías activas para el aula: ¿cuál escoger?
Poco a poco, las metodologías activas ganan protagonismo en
los centros educativos. Con su introducción en el aula, la enseñanza se centra
en el estudiante de una forma constructiva, ya que el alumno forma parte activa
del proceso de enseñanza aprendizaje. Además, se trata de una enseñanza
contextualizada en problemas del mundo real en que el estudiante se
desarrollará en el futuro.
A continuación, os mostramos algunas de las más metodologías
activas más utilizadas. Si estás pensando en llevarlas a tu aula, ¿cuál te
resulta más interesante?
Aunque pensemos que las metodologías activas son una
práctica educativa relativamente reciente, no es así. Ya a finales del siglo
XIX principios del XX comenzó a hablarse de un movimiento de renovación –tanto
pedagógico como educativo- al que se denominó La Nueva Educación. ¿Su obejtivo?
La apuesta por un nuevo estilo de enseñanza que convertiría al estudiante en
protagonista de su proceso de aprendizaje. Asimismo, otra de sus señas de
identidad era su predisposición a rechazar procesos memorísticos en favor de un
espíritu mucho más crítico.
Características y beneficios
La apuesta por el trabajo en equipo y la resolución de
problemas basados en situaciones de la vida real son dos de las cualidades
esenciales del uso de las metodologías activas en el aula.
De igual modo, logran una mayor motivación y participación
por parte del alumno, que puede contrastar puntos de vista con el resto de sus
compañeros y exponer sus propios razonamientos ante cada situación; de ahí, que
la comprensión se mejore y el aprendizaje conseguido también. Todo ello se
logra porque durante el proceso de desarrollo de sus habilidades y capacidades
puede entender mucho mejor un texto, relacionar informaciones entre sí, saber
cuál es la estrategia que tiene que llevar a cabo según el contexto de que se
trate…
Teniendo en cuenta que existen diferentes metodologías
activas, la duda surge al elegir una u otra, incluso podría darse el caso de
utilizar más de una simultáneamente si las circunstancias se prestan a ello.
Criterios como la formación y el dominio que tenga el profesor son
fundamentales. Y mientras algunos opinan que dependiendo de la etapa educativa
es preferible una y otra, otros no lo creen así.
A continuación, os mostramos algunas de las populares:
1.Aprendizaje Basado en Problemas: En esta metodología
activa, el alumnado debe resolver un problema que le plantea el profesor con el
objetivo de mejorar sus habilidades y su conocimientos. Facilita la
interdisciplinaridad y consigue un incremento de la curiosidad del estudiante.
2.El Método del Caso: La primera vez que se utilizó fue en
la Universidad de de Derecho Harvard (Estados Unidos) a finales del siglo XIX.
Esta metodología se caracteriza porque es el alumno el que se hace sus propias
preguntas a las que él mismo da respuesta.
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